Hoy no es San Valentín y afortunadamente no estamos expuestos a los flechazos comerciales del amor, pasteles en forma de corazón, packs de belleza en pareja y bla bla bla. Pero si se tiene que celebrar, lo celebramos y en paz.
Os hablaré de lo que es para mí un día romántico. Es estar en una una ciudad, con rincones íntimos, locales encantadores, que tiene buenas puestas de sol y un ambiente mágico. Los que estéis de acuerdo en que esto puede definir una ciudad romántica, pues entonces Marrakech es la reina de las ciudades románticas.
No hay nada más romántico que una puesta de sol en cualquier terraza de la Plaza Jemaa el Fna viendo como el naranja del sol antes de su desaparición ilumina la Mezquita de la Koutubia y toda la zona sur de la Medina. No hay nada más sensual que un masaje en pareja en una Hammam con su ambiente medio-oscuro, sus majases de manos expertas y sus bañeras con pétalos de rosas. Y no es romántica una cena exquisita, con un refinado espectáculo de danza del vientre, acompañado de miles de velas encendidas y música en directo? No hay nada más excitante que un paseo nocturno por la Medina cogido de la mano de la persona que amas.
Creo que Marrakech es romántica y sensual. Decoración marroquí, aroma de té a la menta, terraza con vistas, cenas íntimas y habitaciones acogedoras. Una escapada a Riad Shukran puede animar relaciones o, simplemente, hacer crecer la llama del amor.